Día 5: Susa, conociendo los monasterio-fortaleza

Nos encontramos a 150 kilómetros al sur de Túnez, en Susa. La manera más cómoda para llegar es en tren. Hay unos 4 trenes diarios que salen de Túnez a Susa y el recorrido cuesta 10 TND - 3,12 €.

Susa es una pequeña ciudad portuaria que la puedes ver en medio día. Aún así, tiene unos monumentos impresionantes y puede ser un lugar apacible para pasar noche y tomar la ciudad como base para hacer otras excursiones de un día a lugares cercanos, como Monastir y Kairouán, que fue lo que nosotros hicimos. Nosotros nos hospedamos en Hôtel Medina (24 € la noche habitación doble), a un costado de la Gran Mezquita de Susa.

Pero primero hablemos de Susa. Es una ciudad más antigua que Cartago, y fundada también por los fenicios de Tiro en el siglo IX a.C. La ciudad pasaría después a ser absorbida por el imperio cartaginés. ¿Recordáis la segunda guerra púnica en la que Aníbal cruzó los alpes con sus elefantes para atacar a Roma, y que después tuvo que regresarse a África ante el ataque romano? Bien, pues Susa fue la base de operaciones de Aníbal para luchar contra los romanos. Aunque como ya sabemos, los cartagineses perdieron la guerra. Cuando fue la tercera guerra púnica, esta vez Susa había aprendido la lección y tomó bando junto a Roma en contra de Cartago. Y como ya se ha dicho anteriormente, Cartago también perdió esta guerra, por lo que Susa se convirtió en una ciudad libre con la aprobación de Roma como reconocimiento a su apoyo. 

De esta época no queda prácticamente nada en Susa. Lo que más bien vemos hoy en día es una antigua ciudad árabe, con sus murallas y fortaleza.

Las murallas y mezquita fortificada de Susa

Ésta era una ciudad portuaria proclive a sufrir ataques de piratas, ejércitos de reinos cristianos y cualquier otro enemigo, por encontrarse en una ubicación estratégica en el mediterráneo y cerca de Sicilia. Es por eso que la ciudad tenía que estar sumamente protegida. 

La mayoría del mundo musulmán era gobernado desde Baghdad por el califa Harun al Rachid. Sus peores enemigos eran los ejércitos cristianos, y entre ellos el más temido era el bizantino. Por esto, el califa mandó construir en el siglo IX una serie de ribats (fortalezas) a lo largo de toda la costa norafricana, desde Alejandría hasta Tánger, cada cierto número de kilómetros.

Los ribats no son cualquier tipo de fortaleza. Son una especie de mezcla entre fortaleza y monasterio islámico. Estos ribats eran ocupados por devotos musulmanes entrenados para la guerra, que cuando no estaban luchando, dedicaban su tiempo a la oración o enseñar sobre el Islam a la comunidad.

El ribat de Susa (7 TND + 1 TND para fotografías - 2,50 €) se encuentra a escasos 500 m del mar, para defender la antigua ciudad de cualquier ataque que pudiera sufrir desde los mares.

El ribat de Susa, donde fieles musulmanes además de entrenar con armas rezaban.

Este ribat fue construido en el 796 pero fue demolido totalmente y reconstruido en el 821 por el califa Ziyadat Allah I. Lo que hoy vemos data de esa época. En la entrada podemos apreciar un par de columnas bizantinas, quienes eran los antiguos habitantes de Susa antes de la llegada de los árabes. 

Columnas bizantinas a la entrada del ribat

La arquitectura de los ribats es austera, dado su carácter bélico. 

Éstas son las habitaciones de los antiguos religiosos guerreros

La cúpula marca el lugar donde se encontraba la mezquita del ribat

Debido a que en estas fortalezas habitaban estudiosos del corán, era imprescindible que hubiera una mezquita. Si consideramos que el ribat es la edificación más antigua de Susa, por tanto esta mezquita es muy probablemente la más antigua de toda la ciudad. 

Interior de la mezquita del ribat

Mihrab de la mezquita flanqueado por columnas de granito (probablemente de origen bizantino), que es el nicho con dirección a la Meca, para que los musulmanes sepan hacia qué dirección rezar

El ribat cuenta también con una torre de vigilancia, inspirada en el estilo de minarete abasí iraquí.

 
 

Desde lo alto del minarete se tienen unas mágnificas vistas del ribat.

Y de la kasbah (ciudadela) al fondo, aunque por ahora nos queda muy lejos, ya que habría que atravesar toda la antigua ciudad. Ya iremos ahí luego.

Ciudad de Susa con la ciudadela al fondo

Ahora nos dirigiremos hacia la mezquita de Susa (5 TND - 1,56 €) junto al temido mar y por tanto fortificada también, como testigo de otras épocas más aguerridas.

Vista aérea de la mezquita de Susa

La mezquita es la tercera edificación más antigua de Susa. Fue construida en el año 851, unos 30 años después que el ribat y unos 10 que la mezquita Bou Fatata (descrita más abajo). 

La Gran Mezquita de Susa fue concebida desde su construcción como una mezquita fortaleza, para proteger a la ciudad de los ataques provenientes del mar.

Este minarete de la mezquita servía más bien como torre vigía

Debido a su carácter bélico defensivo, la mezquita tiene una sobria arquitectura, con gruesas paredes y saeteras en sus almenas

Esa sobriedad también está presente en el patio interior

Interior de la mezquita

Ahora comenzaríamos a atravesar los zocos de la ciudad para llegar hasta la kasba. Pero antes en el camino nos encontramos con la otra mezquita mencionada más arriba: Bou Fatata, que es la segunda edificación más antigua de Susa y fundada en el año 841.

 

Minarete de la segunda mezquita más antigua de Susa

 

Estaba cerrada por lo que solo la pudimos ver por fuera. No obstante, una de sus grandes joyas se encuentra en su fachada precisamente, y es la inscripción que tiene con versos coránicos.

Inscripción coránica

Según se comenta, es la inscripción coránica más antigua en la fachada de una mezquita de todo el mundo musulmán, tan solo después de la del Domo de la Roca, en Jerusalén, del año 691. Aunque honestamente esto lo dudo, ya que no es un detalle muy extraño en una mezquita, y hubieron muchas mezquitas anteriores a ésta. 

Mezquita del Domo de la Roca, Jerusalén

Siguiendo avanzando, nos encontramos con otra mezquita, la de Alí Al Ammar, de finales del siglo X. Desafortunadamente….sí…..también estaba cerrada. Esta mezquita batallamos mucho para encontrarla, ya que se encuentra en un bazar y estaba cubierta por alfombras y mercaderes. Aún así se alcanzaba a apreciar el tallado de su fachada. 

Exterior de la mezquita Alí Al Ammar

Finalmente llegamos a la impresionante Kasba, que hoy es el museo arqueológico de Susa, que desgraciadamente también estaba cerrado. 

La kasba se encuentra en el punto más alto de la ciudad, y fue construida e incorporada a las murallas de la ciudad a finales del siglo XI. La kasba fue construida alrededor de la torre Jalaf al Fata, que ésta es más antigua, del año 859, y ya servía también como torre vigía desde el punto más elevado de toda la ciudad. 

La torre Jalaf al Fata sobresale del resto de la kasba

Después de la kasba, rodeamos la ciudad por fuera para ver sus murallas del siglo IX.

Había unas cisternas romanas y unas catacumbas, pero claro, también estaban cerradas. Así que hasta aquí llegó nuestro recorrido por Susa. El resto de la tarde la ocupamos recorriendo sus calles, y por la noche nos dirigimos al malecón para caminar a lo largo de la playa. Aunque luego nos devolvimos puesto que estaba haciendo tanto viento que levantaba toda la arena y se nos metía en los ojos. 

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