Día 4: Betania de Transjordania, Monte Nebo y Mádaba, día de lugares santos bíblicos

Este día nos levantamos pronto, cogimos el coche, y nos fuimos hacia el sur bordeando toda la frontera con Israel y Palestina. Fuimos dejando atrás las suaves colinas verdes del norte de Jordania, para irnos adentrando a un clima un poco más seco. Finalmente llegamos a Betania Más Allá del Jordán, o Betania de Transjordania, lugar donde según la tradición cristiana Jesucristo fue bautizado por Juan Bautista.

Solo puedes llegar a este sitio en coche privado, es decir, no hay transporte público. El lugar cuenta con un parking donde deberás aparcar el vehículo, y de ahí sale un pequeño autobús cada 30 minutos para llevarte a los lugares bíblicos. La entrada a Betania Más Allá del Jordán cuesta 12 JOD (17 €) e incluye el autobús.

Se cree que el lugar exacto donde Jesús fue bautizado es el de la siguente imagen.

Sí, siempre se dice que Jesús fue bautizado en el Río Jordán, y sin embargo en la foto de arriba no se ve ningún río. Lo que pasa es que hay que considerar que a través de los siglos el río ha ido cambiando su curso.

Este lugar apenas ha sido abierto al público en el 2011, ya que antes se encontraba minado (desde 1967) por la guerra de los Seis Días en contra de Israel.

Juan Bautista era un predicador judío, considerado como santo en algunas corrientes cristianas y profeta en el Islam. Tenía gran popularidad en su época. Iba por todo Israel, Palestina y Jordania llevando la palabra de Dios. Tanto éxito tenía en sus sermones, que incluso hasta la gente pensaba que él era el Mesías que todos estaban esperando. Aunque él constantemente tenía que aclarar que no lo era.

Allá donde hubiese agua (no mucha por estos lares) Juan Bautista iba bautizando. De acuerdo con el catolicismo, las personas nacen con el pecado original (a raíz de Adán y Eva que desobedecieron a Dios). La manera de purificarse es a través del bautismo. Es como volver a nacer.

Por ello, ya os imaginaréis cómo le quedó la cara a Juan Bautista al ver que el mismísimo que pedía que lo bautizaran no era otro más que el hijo de Dios. O incluso Dios mismo, si nos atenemos a la Santa Trinidad, donde padre, hijo, y espíritu santo son un mismo ser.

Ante la insistencia de un Jesús de Nazareth de unos 30 años, Juan Bautista terminó bautizándolo. Éste es uno de los misterios del catolicismo. Dada su naturaleza, no se sabe por qué Jesús lo pidió. Algunos creen que para poner el ejemplo a las futuras generaciones. Fuese lo que fuese, el caso es que desde aquí es cuando Jesús comenzó a tener una vida pública y a darse a conocer. Aquí también conoció a 5 personas que luego lo acompañarían durante su vida, y que extenderían sus enseñanzas una vez muerto: hablamos de los discípulos.

Han quedado plasmadas descripciones del lugar por peregrinos desde el año 333. Hablan sobre una iglesia que marca el lugar del bautizo, construida sobre unos altos arcos que permitían que el agua del Jordán discurriera por debajo. En la siguiente se foto se aprecian lo que se cree pudieron ser las bases de los pilares de dicho templo.

Hay quienes consideran que éste es el lugar exacto del bautismo de Jesús

Alrededor de aquí hay ruinas de varias iglesias bizantinas de las cuales todavía hay poca información.

Restos de una iglesia bizantina

Restos de una iglesia bizantina

Y por supuesto está el Río Jordán, que hoy en día delimita la frontera entre Jordania y Palestina.

El Río Jordán. Esas personas ya se encuentran del otro lado del río, es decir, en Palestina.

Como os podéis imaginar, este lugar está lleno de iglesias más modernas de diferentes ramas cristianas. Una que llama en especial la atención por su belleza interior es la de San Juan Bautista, de los griegos ortodoxos y de época medieval.

Iglesia medieval griega ortodoxa. Su interior tiene unos vibrantes frescos.

Era momento de coger el coche y dejar a Jesús y Juan Bautista atrás. Tomaríamos carretera otra vez para esta vez dirigirnos hacia un camino más montañoso y conocer a otro personaje bíblico anterior: Moisés.

Iglesia al lado de la carretera

Inicio de las hermosas carreteras sinuosas de Jordania

Nos dirigíamos hacia el Monte Nebo, lugar desde donde Moisés divisó la Tierra Prometida para su pueblo: los judíos.

A unos 1.000 km del Monte Nebo, nació Moisés en Egipto, de familia judía, en unos momentos difíciles para los que profesaban esta religión. Los judíos se encontraban en Egipto desde hacía tiempo esclavizados. Hay quienes dicen que construyendo las pirámides y ciudades, aunque otros disputan esto.

Pirámides de Giza, en Egipto. ¿Fueron construidas por judíos esclavos como afirman algunos?

El caso es que por una explosión demográfica judía, el faraón de Egipto manda matar a los bebés varones judíos recién nacidos. Moisés se salva porque su familia lo pone en una canasta sobre el Nilo.

Ya de adulto (80 años), Yahvé se comunica con Moisés y le dice que tiene que liberar a su pueblo. Al principio poco convencido, Moisés va donde el faraón para demandarle que deje en libertad al pueblo judío. Y para convencerlo de su poder, Moisés le muestra unos “trucos de magia” como convertir su báculo en una serpiente. El faraón, poco impresionado por el espectáculo de Moisés, se irrita y lo aparta de su presencia, y por tal insolencia, ordena que ahora los judíos tendrán que trabajar el doble. El pueblo judío se enfada con Moisés y dice que hubieran deseado que nunca hubiera venido a “rescatarlos (ésta será la primera queja de muchas que luego los judíos tendrán hacia con Moisés)”.

Moisés vuelve a regresar ante el faraón por insistencia de Yahvé, pero esta vez con unos trucos más creíbles: 10 plagas que asolaron Egipto. La última plaga consistió en un ángel destructor que mató a todos los primogénitos hombres, incluido el hijo del faraón. El faraón, acabado, le dijo a Moisés que era libre para coger sus cosas e irse junto con todos los judíos.

Dios intentó ponérsela fácil a Moisés, y le dijo que él lo guiaría por el desierto: durante el día sería una enorme columna de humo que le indique el camino, y durante la noche una gran columna de fuego. No obstante, no fue suficiente para Moisés y se perdió y vagó por el desierto durante 40 años, junto con los 2 millones de judíos que le seguían (ya os imaginaréis la cantidad de quejas). Y es que Moisés no se los ponía fácil. Además de estar errando por todas partes y cargando sus cosas con los pies sobre la caliente arena y la cabeza bajo un sol abrasador, los judíos tenían que ir cargando con el tabernáculo, que era un santuario móvil construido por los israelitas. El tabernáculo era como una especie de tienda de campaña rectangular de unos 13 m de largo por 10 m. de ancho y 4 m. de alto. Imaginaos ir cargando eso por el desierto.

Y es aquí cuando llega uno de los momentos bíblicos más conocidos. El faraón se arrepiente de haber dejado ir a su mano de obra barata por lo que junta a sus mejores hombres, y con 600 caballos se van en búsqueda de los judíos.

Cuando los alcanzan, es cuando Moisés abre las aguas del Mar Rojo y así logran escapar del faraón.

Mar Rojo. Éstas son las aguas que según la biblia Moisés abrió para poder escapar él y su pueblo judío del faraón egipcio

Finalmente Moisés llega al Monte Sinaí, en Egipto todavía, y es ahí donde Dios le daría las tablas de los 10 mandamientos. Claro, estos mandamientos estaban grabados sobre 2 enormes piedras. Así que ya os imaginaráis al pueblo judío al darse cuenta que tenían que cargar ahora con esas piedras también.

Vistas del alba desde el Monte Sinaí

Finalmente, después de muchos periplos por el desierto, Moisés entra en lo que hoy en día es Jordania, y se dirigiría hacia el Monte Nebo, donde estábamos actualmente Eloísa y yo.

Ésta es la vista que tuvo Moisés de la Tierra Prometida, a sus 120 años de edad según la biblia.

Vistas que tenía Moisés de la Tierra Prometida desde el Monte Nebo. La Tierra Prometida, o lo que hoy conocemos como Israel, es lo que se encuentra más atrás del manchurrón verde de vegetación

Moisés nunca llegaría a entrar a la Tierra Prometida, ya que Dios le dijo que le hablara a una piedra (sí, hablar a una piedra) para sacar agua y darle de beber a la gente. Pero Moisés golpeó dos veces la piedra en vez de hablarle. Suficiente para que Dios le prohibiera la entrada a la Tierra Prometida. Eventualmente Moisés murió, aunque nadie sabe dónde está su tumba, ya que según la biblia Dios se encargó de enterrarlo. Hay un lugar en Jordania y otro en Palestina que claman tener su tumba.

No se sabe cuándo pudo ocurrir el éxodo de Egipto a Jordania, aunque se calcula que alrededor del siglo XVI a.C por las referencias que se encuentran en la biblia. No obstante, arqueológicamente no se ha encontrado ninguna evidencia que muestre que 2 millones de personas se desplazaron de un país a otro.

Sea lo que fuere, el Monte Nebo se ha convertido en un importante punto de peregrinación desde siglos atrás. Aquí se encuentra una pequeña iglesia moderna construida sobre una iglesia bizantina del siglo V (2 JOD - 2,85 €).

Iglesia moderna construida sobre las ruinas de una iglesia bizantina

La iglesia conserva unos impresionantes mosaicos

Pila bautismal rodeada de mosaicos

Era un día que estaba siendo bastante bíblico y no por ello menos interesante. Volvimos a coger el coche para en esta ocasión dirigirnos a Mádaba, una pequeña ciudad con una de las mayores comunidades cristianas de Jordania. Jordania tiene una de las comunidades cristianas más antiguas de todo el mundo, con una presencia que data desde los tiempos de la crucifixión de Jesús, en el siglo I. Hoy en día la población cristiana en Jordania representa solo el 2%.

Mádaba es una pequeña ciudad muy apacible. Eloísa y yo sentimos una vibra muy abierta y amable en esta ciudad. Incluso, fue en el único lugar de todo Jordania donde vimos a 2 hombres con pelo largo. Suena a tontería, pero realmente dice mucho en un país como éste.

Una mezquita en la ciudad de Mádaba, distinguida por su alta población cristiana

A Mádaba se le conoce como “la ciudad de los mosaicos”, ya que en los suelos de decenas de iglesias y antiguos palacios se conservan mosaicos que datan desde la época romana hasta la bizantina (siglo VII), mas otros mosaicos que seguramente todavía están debajo del suelo esperando ser descubiertos. Incluso, el mosaico más antiguo de toda Jordania se encuentra en esta ciudad, y data del siglo I a.C.

Otra peculiaridad de los mosaicos de Mádaba es que vemos que se siguieron construyendo en iglesias cristianas aún durante la época de dominación musulmana bajo el califato omeya, como estos impresionantes mosaicos que podemos ver a continuación de la iglesia de la Vírgen María (incluido con el Jordan Pass) de mediados del siglo VIII.

Mosaicos de la iglesia Vírgen María

Esta iglesia, como otras en Mádaba, tienen el suelo cubierto por mosaicos

Quizás como un reflejo de lo que es hoy, la Mádaba de hace siglos era también bastante tolerante hacia distintas religiones. Por eso los musulmanes y cristianos convivían en esta ciudad sin grandes problemas. Mádaba había sido un importante centro cristiano desde época bizantina, y lo siguió siendo durante el dominio musulmán, tal como lo atestiguan los mosaicos y restos del Palacio Quemado (incluido con el Jordan Pass), un lujoso palacio bizantino del siglo VII que al parecer fue utilizado por el obispo de Mádaba.

Mosaicos en lo que se conoce como el Palacio Quemado, residencia del obispo de Mádaba en la antigüedad

Éstas y otras construcciones cristianas demuestran que las 2 religiones monoteístas vivían en paz una con otra con aceptación aún y después de 130 años de dominio del califato omeya.

Pero definitivamente la joya de Mádaba es el mapa más antiguo del mundo de Tierra Santa, que está construido con 2 millones de mosaicos. Estos mosaicos se encuentran en el suelo de la iglesia bizantina San Jorge (1 JOD - 1,40 €), del año 560.

El mapa muestra un área que abarca desde Tiro (Líbano) hasta el delta del Nilo (Egipto), y desde Rabba (Israel) hasta Karak (Jordania).

En la tiendita de la iglesia tienen un mapa que ayuda a entender mejor los mosaicos.

Esta ilustración ayuda a entender un poco el mapa de la iglesia de Mádaba

Otras de las iglesias que hay que visitar en Mádaba es la de la Decapitación de San Juan Bautista (1JD - 1,40 €), del siglo XX.

Fachada de la iglesia la Decapitación de San Juan Bautista

Pozo de agua con 3.000 años de antigüedad debajo de la iglesia

Esta iglesia no guardaría mucho interés si no fuera por todos los secretos que guarda en sus bajos, como el pozo moabita de hace 3.000 años y los restos de una iglesia bizantina.

Restos de una iglesia bizantina

Además, tenía otras cosas bastante kitch y extrañas que ni les hice fotos, como una maqueta de no se sabía qué, y una yurta con maniquíes dentro.

Otra de las cosas interesantes de esta bizarra iglesia es que puedes subir al campanario para ver unas espectaculares vistas de la ciudad. Eso sí, con un letrero pidiendo amablemente a los visitantes que no repiquen las campanas.

Vistas de la ciudad de Mádaba desde el campanario de la iglesia Decapitación de San Juan Bautista

Las ricas tierras fértiles alrededor de Mádaba han atraído al ser humano desde tiempos inmemorables, asentándose las primeras personas en esta zona en el 3.500 a.C. Mádaba fue una ciudad de renombre en época bíblica y es mencionada 2 veces en este libro. Durante época romana, bizantina y omeya floreció enormemente, siendo una de las ricas ciudades de la región, con sus calles columnadas e iglesias y mezquitas aquí y allá. Sin embargo, al igual que lo que veníamos viendo ya en otras partes, todo esto acabó con el temblor del 749 d.C.

Habíamos ya visto cómo este temblor hizo que grandes ciudades de la época quedaran totalmente abandonadas, como Ammán, Jerash, Umm Qais, y ahora Mádaba (¡hasta la pequeña iglesia del Monte Nebo se destruyó!). Había sido tanto que me dieron las ganas un poco de investigar. Al parecer fue un gran temblor que ocurrió en el 749, o una serie de temblores que sucedieron entre el 747 y 749. El epicentro fue el Mar de Galilea, y destruyó gran parte de Israel, Palestina y Jordania. En Jerusalén se contaron las muertes en miles, y en toda la región en decenas de miles. Según las fuentes, una persona en Damasco sintió el temblor, y un sacerdote en Alejandría, Egipto, observó cómo también su casa tembló. Me pregunto si con un terremoto de tal magnitud en la época le habrían adjudicado un matiz religioso o superticioso.

El caso es que Mádaba quedó totalmente abandonada durante más de 1.000 años. Después, en 1880, hubieron unas revueltas en la ciudad de Karak, a 115 km al sur de Mádaba. Esto era en época otomana. Debido a las reyertas locales los cristianos de Karak tuvieron que salir huyendo de la ciudad para salvar sus vidas. Estas 90 familias se dirigieron a las ruinas de Mádaba, ya que ahí no quedaba nadie y por tanto podrían comenzar de cero. Fue cuando estas familias comenzaron a quitar escombros para construir sus casas, que fueron descubriendo un mosaico, y otro, y otro, y así sucesivamente hasta que el lugar fue captando el interés internacional y Mádaba revivió como la ciudad que es hoy en día.

Atardecer en Mádaba

El sol ya comenzaba a bajar, por lo que Eloísa y yo buscamos un sitio dónde cenar y después para el hotel, que por cierto, nosotros nos quedamos en el Airbnb Studio Ibn Khaldoon (17 JD - 24 €). Es una habitación de una casa con puerta independiente a la calle, y con 2 camas y una pequeña cocina.

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