Día 14: Tashkent, la ciudad de piedra
Se piensa que en Tashkent antiguamente había una torre de piedra. Esta torre indicaría el punto medio del camino que realizaban las caravanas desde China hasta la Europa conocida de aquél entonces. Es en esta torre donde fatigadas caravanas recargaban energía y se abastecían de alimentos y otros neceseres para el resto de su viaje.
Ya en el año 731 d.C. Tashkent fue tomada por los árabes. Ellos le pondrían este nombre que, en turco, significa “Ciudad de piedra”. En este entonces, Tashkent era un importante cruce de caravanas en la Ruta de la Seda, para siglos después convertirse en un importante cruce de ejércitos de diferentes imperios, para finalmente hoy ser esa extraña amalgama entre lo soviético y lo musulmán.
Tashkent es una ciudad que por una parte, desde sus amplios bulevares comunistas y edificios soviéticos, mira hacia el estilo de vida de occidente llenando así sus plazas y avenidas con restaurantes de comida internacional, grandes tiendas, y bares; y que por otra parte, sigue conservando las raíces de su pasado que se ven mejor reflejadas en la zona del Khast Imom, que viene siendo el centro oficial religioso de la República.
La mayor atracción de Khast Imon es su librería Moyie Mubarek. Hoy en día es un museo (entrada 1,50 dólares) y tiene un impresionante Corán del S. VII, que se dice es el Corán más antiguo existente en todo el mundo (hay que recordar que el Islam nace en este mismo siglo).
El día de hoy había sido muy corto, puesto que por la hora de llegada del tren nos dio tiempo para poca cosa, y ya mañana partiríamos en avión hacia Kazajistán. ¡Así que ahí os contaremos otra aventura más!