Día 2: de excursión por cuevas y monasterios
Como comenté el día anterior, Hpa-An es una excelente base para realizar este tipo de excursiones, mismas que yo hice desde una pick-up a través del hostal donde me quedaba. Nuestra primera parada fue en la cueva Yathaypyan (gratis). Esta cueva alberga decenas de estatuas de Buda así como algunas estupas (arquitectura budista en forma de cono invertido que sirve para guardar reliquias).
Siendo sinceros, no estaba muy impresionado con esto. Así que quería ya regresar a la selva en busca de nuestra siguiente cueva: Kawgun (3.000 kyats + 500 kyats por cámara - 1,70 €).
La cueva de Kawgun se encuentra a unos 13 kilómetros de Hpa-an. Esta cueva, al igual que la anterior, cuenta con varias figuras del Buda. No obstante, lo que llama la atención de ésta son los miles de pequeños Budas tallados en la piedra.
La cueva fue mandada labrar por el rey Manuaha, quien perdió una batalla en el ahora Myanmar y se refugió en esta cueva en el siglo VII d.C.
A un lado de la cueva hay un mirador que tiene buenas vistas de los alrededores.
Definitivamente la excursión comenzaba a mejorar, y por lo tanto lo que tenía que ofrecer Myanmar también. La siguiente parada fue el monasterio Kyauk Kalap (gratis), cuyo nombre significa “jardín de agua”. Es un pequeño monasterio que se encuentra al lado de una roca con una forma que parece sacada de cuento, ya que ésta tiene una forma cilindrica hacia el cielo, donde la parte inferior es visiblemente más angosta que la superior. Y arriba de dicha roca, una pequeña pagoda.
La siguiente parada fue el jardín Lumbini (gratis), aunque realmente la palabra “jardín” puede engañarnos, ya que se trata de un vasto terreno campestre ¡con más de mil estatuas de Buda!
Nuestro siguiente destino era la cueva Sadan (gratis), aunque antes de llegar a ella nos tocaron unas fuertes lluvias ya que había ido en época del monzón. Dos veces me tocó bajarme del vehículo para empujarlo y tenerlo que desatascar de los caminos empantanados.
La cueva Sadan es la más grande de toda Hpa-An, y al igual que las demás que habíamos visitado, ésta también se encontraba llena de estatuas de Buda y estupas doradas.
La peculiaridad que tiene esta caverna es que la puedes atravesar toda (unos 15 minutos aproximadamente) y llegas a otro sitio donde hay un lago. De aquí, no faltan los balseros que te pueden llevar en bote de regreso a la entrada de la cueva por un pequeño precio (1,75 € - 3.000 kyats).
Es un paseo interesante porque pedazo del trayecto en bote es por una cámara subterránea de la cueva, ¡y el techo se pone tan bajo que te tienes que agachar! Eso sí, te recomiendo que mejor te acuestes en el bote y no hagas como yo, que me agaché hacia adelante, y después ya no me podía levantar porque tenía el techo de la caverna pegada a mi espalda, ¡vaya postura más incómoda para “disfrutar” del paseo”. Mientras mi compañera de bote iba placenteramente acostada mirando cómo el techo de la caverna mágicamente pasaba sobre sus ojos, pudiéndola sentir simplemente extendiendo sus brazos, yo estaba agachado mirando la madera podrida del suelo del bote, sintiendo cada vez que el techo de la cueva raspaba mi espalda.
Después de aquí iríamos a nuestro último destino del día, la cueva Kaw Ka Taung (gratis). Es una pequeña cueva de 53 m. de profundidad con más estatuas de Buda adentro. La verdad es que esta cueva no me dejó impresionado, lo único que me gustó fue la hilera de miles de estatuas de monjes que pareciera hacen cola para dejar sus ofrendas.
Con esto finalizaría mi día. Era momento de regresar a Hpa-an y a mi hostal a descansar un rato. Después me iría de cervezas con unos alemanes que conocí por el camino.