Día 14: Mandalay, la ciudad que fue creada para cumplir con una profecía

5.00 de la mañana. Me despiertan, y yo seguía en el autobús. Habíamos ya llegado a Mandalay. No quería bajarme. Sobre todo porque sé lo que implica cuando llego a un destino por primera vez. Un montón de taxistas locales, o de cualquier profesión (o sin ella), que ofrecen su coche privado, moto, o cualquier medio de transporte, buscando clientes, y si son turistas desorientados tanto mejor.

Así que ahí yo estaba, con mi cara de dormido, bajando por las escaleras del autobús, cuando ya tenía un remolino de gente a mi alrededor ofreciéndome transportación para mi alojamiento y yo con la ignorancia total de no saber cuál podría ser un precio adecuado.

Finalmente me fui con un chico y su moto. La estación de autobús estaba lejos de mi hotel, así que agradecí el paseo en moto. Ahí íbamos, cruzando la noche y la ciudad sobre las calles desiertas de la ciudad, con los edificios de cualquier gran ciudad en vías de desarrollo a los lados. Pronto comenzaría a salir el sol, y con él, la gente de sus camas, esos negocios comenzarían a abrir, coches motos y animales a circular por las calles, el ruido se instalaría en las calles y Mandalay cobraría la vida que tanto he visto en otras ciudades birmanas.

Me quedé en el Rich Queen Guesthouse, una buena opción a buen precio cerca del palacio real. La habitación cuesta 35 € (78.150 MMK) la noche. Dormiría tan solo unas 3 horas para levantarme y comenzar a explorar esta ciudad.

A pesar de su nombre tan evocador, Mandalay tiene una historia bastante reciente, la ciudad fue creada en 1857 por el rey Mindon. Y cuando digo “creada” me refiero a “creada”. Así es, antes de 1857 no existía ni una pequeña choza en este lugar. ¿Qué llevaría al rey Mindon construir una ciudad capital en medio de la nada? Una profecía.

Según se dice, el Buda visitó la colina de Mandalay, y aseguró que en el 2.400 aniversario de su iluminación, una gran ciudad y centro de enseñanza budista se erigiría a los pies de dicha colina.

Pues bien, el año 1857 marcó justamente el 2.400 aniversario, por tanto, el rey Mindon, con el objetivo de conseguir méritos para un buen karma decidió mover la capital de Amarapura (a 12 kilómetros) a los pies de la colina Mandalay.

Ya que su palacio en Amarapura era de madera, lo desmontó todo y lo puso en lomos de elefantes, quienes tuvieron que recorrer esos 12 kilómetros para que miles de trabajadores volvieran a instalar todo el palacio en su nueva localidad.

El Palacio de Mandalay fue desmontado, transportado en lomos de elefantes, y vuelto a montar en 1857

Entrada al Palacio Mandalay

Lo que hace importante a Mandalay es que fue la última capital del reino de Myanmar. Es decir, con la tercera guerra anglo-birmana, Myanmar quedó finalmente derrotada y con ella el reino. El rey Thibaw, último rey de Myanmar, tuvó que ceder Mandalay a los ingleses y exiliarse a la India.

Los ingleses cambiarían la capital a Yangón, aunque eso no impidió que Mandalay siguiera teniendo su importancia comercial,llegando así a ser hoy en día la segunda ciudad más grande del país.

Mientras los ingleses ocuparon el palacio lo utilizaron como una base para las tropas, y desafortunadamente muchos de los tesoros reales fueron saqueados.

Interior del Palacio Mandalay

No obstante, quien quiera extenderse por el mundo siempre tendrá enemigos. Así que durante la segunda guerra mundial le llegó el turno a los ingleses. A mitad de la guerra, los japoneses entraron a Myanmar y lograron expulsar a los ingleses. Bajo el control de los japoneses, el palacio se convirtió en un depósito de armas y centro de abasto para su expansión territorial en Asia.

Las fuerzas aliadas no podían permitir que Japón siguiera ganando terreno, por lo que todo el palacio fue bombardeado constantemente durante la contienda.

Prácticamente todo el palacio quedó envuelto en llamas, por lo que podemos ver hoy en día es una reconstrucción hecha en la década de los 90.

Una de las salas del Palacio Mandalay

Para la reconstrucción se utilizaron materiales y diseños originales, incluso algunas técnicas de construcción tradicionales fueron empleadas, por lo que pasear por este palacio puede ser igual de evocador e inspirador que hubiera sido hace más de 100 años.

Visitar el palacio es una de las mejores cosas que se pueden hacer en Mandalay. Su entrada cuesta 10 € - 22.300 MMK. No toma mucho tiempo recorrerlo, aunque entrar a él sí. El palacio está rodeado por una fosa y unas murallas de casi dos kilómetros de largo de cada lado. Y la única entrada accesible para los turistas es por el lado este, mientras que la mayoría de los hoteles se encuentran del lado oeste.

Foso y murallas del Palacio Mandalay

De hecho, el palacio hoy en día es un cuartel militar en uso, por lo que el palacio se ha convertido en una zona medio extraña en el centro de Mandalay, donde es una atracción turística pero a la vez es una zona muy restringida y en la que está estrictamente prohibido hacer fotos fuera del palacio.

Mi siguiente parada sería el monasterio Shwenandaw Kyaung (la entrada está incluida en el billete del Palacio Mandalay - 10 € - 22.300 MMK).

Monasterio Shwenandaw Kyaung

Este edificio originalmente formaba parte del complejo palaciego en Amarapura antes de que fuera desmontado. Cuando el rey Mindon se trajo el palacio en los lomos de elefante, Shwenandaw Kyaung también venía. De hecho, este edificio fue la habitación privada del rey Mindon. Aquí era donde él dormía y donde el rey dio su último respiro antes de fallecer.

Su hijo Thibaw, que le siguió en el trono, decidió desmantelar otra vez toda esta habitación y enviarla fuera del complejo palaciego, esto ocurrió en 1878. En 1883 fue terminado de rearmar y el nuevo rey lo cedió a la orden budista como monasterio. Por lo que hoy en día lo que era la habitación privada del rey es un monasterio budista.

¡Y qué suerte que el rey Thibaw hubiera sacado esta edificación del palacio! Ya que éste es el único edificio original del palacio que sobrevivió a las bombas de marzo de 1945.

El edificio se encuentra ricamente tallado en teca.

Estatua de Buda en Kyauktawgyi Paya

Después de aquí, me iría a un complejo budista llamado Kyauktawgyi Paya (gratis), del siglo XIX. La verdad es que mucho de impresionante no tiene este complejo. Adentro tiene un buda tallado en marmol de 900 toneladas rodeado de luces de neón. A parte de eso poco hay que ver.

Con esto acabaría mi día. Al día siguiente partiría para Mingún. Un pequeño pueblo a unos 10 kilómetros al noroeste de Mandalay.

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